Se me ha pedido escribir un prólogo al libro
amordelmasdulce.com
Acepto encantada, porque después de leerlo, le veo un interés insólito. Insólito, por varios motivos. Ante todo, porque da unas opiniones sobre otras obras del autor, desde unas perspectivas de personas que tuvieron una especial relación con él, y por lo tanto nada objetivas, pero sí muy genuinas.
El otro interés es psicológico.
Psicología, de dos personas muy distintas la una de la otra. Ambas se desnudaron escandalosamente, exponiéndose a su interlocutor, narrador y pareja, con total ingenuidad y desconocimiento de su propia naturaleza. Ambas tienen este denominador común: El desconocimiento del Sí Mismo, a pesar de su inteligencia y de la evidente consciencia de su Ego.
Un Ego, que se siente seducido y halagado por un excepcional interlocutor, al que no pueden resistirse. Ego, que, de distinta forma en ambas protagonistas, atrapa, intenta dominar las situaciones, pero no puede. Ambas, esclavizadas e imposibilitadas de evolucionar por ese mismo Ego y su Mente, cautivadas por un Amor que supera todas sus expectativas, y desde luego, todo lo conocido, pero al que nunca sabrán corresponder.
Como pez en una inmensa pecera, que, con la ilusión de la Libertad, permite nadar, pero solo en círculos. Y que, obligatoriamente, después de cada círculo, cada vez vuelven a encontrarse con un falso sí mismo, que, a decir verdad, es la única naturaleza que les importa.
En una, debajo de una educación, conocimientos, e inteligencia, y hasta podría decirse que con una aparente profundidad espiritual, se percibe una tremenda superficialidad. Superficialidad de la que ella misma no tiene ni la más mínima percepción. Y con superficialidad quiero decir: Incapacidad para progresar. Inteligencia, dominada por un instinto de conservación, que la condena al aislamiento perpetuo, un encierro, donde sus miedos e inhibiciones se relatan como anhelos, reducidos a la más pura fantasía.
La otra maneja otra inteligencia. Una inteligencia regida por sus propios intereses de una manera evidente, con la que manipula, tergiversa, intenta llevar a su terreno, sigue la corriente, aspira al reconocimiento constante y la afirmación de su Ego, pero no tiene ninguna pretensión de respetar a la otra persona como lo que es. Quiere que sea lo que ella quiere, y, mientras, engatusa y se convierte en un animal sensual que seduce para rematar después.
Mentes que, en su convicción del poder de la Voluntad, intentan dar la talla, sin darse cuenta de que ninguna Voluntad puede conseguir que algo resista el paso del Tiempo.
Nadie podrá convertirse jamás por Voluntad en lo que no es.
Y por desgracia, seremos lo que somos desde que nacemos hasta que progresemos en nuestra capacidad de ser, con independencia de todo lo aprendido. Y, si no progresamos en desarrollar nuestra potencialidad, disfrázalo como quieras, pero inexorablemente pereceremos en un aburrimiento asfixiante que ni siquiera todo el sexo del mundo podrá remediar.
En toda esta historia, el narrador se muestra inicialmente voluntarioso, ilusionado, desengañado, y después seducido. Pero, a pesar de sus claros rasgos de superioridad, tiene un notable respeto y un sereno acatamiento humano para lo Femenino.
Susanne Beijnsberger